La guerra entre Israel y Hamás se trasladó rápidamente al ámbito tecnológico con hacktivistas y actores de amenazas posicionándose en uno de los dos bandos. Después del sangriento ataque terrorista de Hamás contra Israel, se desencadenó la contienda y el cruce de ciberataques entre los defensores de Palestina e Israel.
Según datos de CyberKnow (Un rastreador de guerra cibernética), se estima que en los primeros días del conflicto participaron un total de 58 organizaciones de ciberdelincuentes lanzando diversos ciberataques contra el bando enemigo. Aquí la balanza se ha inclinado hacia Palestina, con 48 grupos operando a su favor frente a 10 que lo hacen en apoyo a Israel. Entre los primeros se encuentran la facción de Anonymous Sudan, el grupo pro-ruso Killnet y las bandas Cyber Av3ngers, Ghosts of Palentine y Storm-1133, mientras que entre los segundos destaca el colectivo Garuna.
Víctimas de la guerra cibernética
Por un lado, sitios del gobierno israelí y organizaciones del país pertenecientes a los sectores de defensa, energía y telecomunicaciones, así como el Jerusalen Post, el diario en inglés más importante de Israel. Y, por otro lado, a los ataques cometidos contra las webs de Hamás y la Universidad Islámica de Gaza suma los que han sufrido proveedores de servicios de internet de Gaza, de los que se sospecha que está detrás el grupo proisraelí ThreatSec. En este sentido, el bloqueo del acceso a internet deriva en que se dificulte tanto la capacidad de las personas para adquirir informaciones como las capacidades cibernéticas de aquellos que no pueden conectarse a internet.
Asimismo, un experto de una importante empresa de ciberseguridad mencionó que «Grupos de hacktivistas que estaban movilizados hasta ahora en la guerra en Ucrania se han reorientado hacia este conflicto desde hace una semana, con el objetivo de encontrar víctimas, incluidas empresas occidentales. Pero estas operaciones son puramente para mandar mensajes, no es ciberguerra».
Antecedentes de ciberataques en conflictos bélicos
No se han visto ataques de borrado de datos como los que sufrió Ucrania en su conflicto contra Rusia, aunque Irán está en condiciones de crear ese tipo de ataques; sin embargo el nivel de ciberdefensa de Israel es muy alto, mucho más que en Ucrania. Las principales ofensivas que se están perpetrando hasta el momento están siendo los ataques de denegación de servicio (DoS), que consisten en «tirar» servicios y aplicaciones saturando sus servidores enviando tráfico masivo a ellos. En los primeros días del enfrentamiento más reciente, los ataques parecen haberse centrado en sitios web del gobierno israelí, servicios civiles, sitios de noticias, instituciones financieras y empresas de telecomunicaciones y energía. Al atacar estos sitios, los atacantes pueden manipular la información y limitar el acceso de los civiles a noticias en tiempo real, instrucciones gubernamentales y otra información importante.
Durante el inicio de la invasión rusa a Ucrania, el grupo hacktivista Anonymous declaró una guerra cibernética contra Rusia. Su estrategia incluía de todo, desde piratear medios de comunicación, impresoras domésticas y dispositivos conectados, hasta descargar una cantidad gigante de datos rusos pertenecientes a empresas y agencias gubernamentales y luego exponerlos públicamente en línea. Fue la primera vez que el mundo vio una ciberguerra exitosa de colaboración colectiva que no podía rastrearse hasta ningún país o gobierno específico.
La guerra cibernética en la actualidad
En el conflicto actual entre Israel y Hamás, varios grupos hacktivistas han intentado las mismas técnicas que se utilizaron contra Rusia. Sin embargo, ahora parecen ser menos eficaces. El factor principal que diferencia estas tácticas de guerra cibernética es el tiempo entre conflictos. En los 19 meses transcurridos desde que los hacktivistas declararon la guerra cibernética contra Rusia, expertos en seguridad y servicios de inteligencia de todo el mundo han tenido tiempo para analizar, prepararse y tratar de aislarse aprendiendo de las fallas de las defensas cibernéticas de Rusia.
Después de todo, es un hecho que la guerra cibernética desempeñará un papel importante en cualquier conflicto actual y futuro. El ciberespacio actúa ahora como un segundo frente sin reglas de enfrentamiento definidas. Los hacktivistas y los grupos afiliados al gobierno pueden elegir un bando y lanzar numerosos ataques en función de sus habilidades específicas, inclinando la balanza del conflicto.
Peligros de una ciberguerra
Los ciberataques contra cualquier nación plantean peligros importantes con consecuencias de gran alcance. La alteración de infraestructuras críticas, incluidas las redes eléctricas y los sistemas de comunicaciones, afectan directamente a las poblaciones civiles. Estos ataques sirven como una advertencia para los países de todo el mundo: todas las naciones deben estar altamente preparadas para posibles ataques futuros e implementar medidas proactivas de ciberseguridad. Desafortunadamente, cuando se trata de un ciberataque, ya no se trata de si sucede, sino de cuándo sucederá. En el futuro, las mismas amenazas potenciales se aplicarán a las corporaciones, las empresas privadas y los individuos. Las herramientas y métodos utilizados hoy por los hacktivistas, podrían utilizarse mañana contra usted, su empresa o su gobierno. Comprender cómo se producen los ataques es el primer paso para protegerse en línea y su vida digital
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